Creíamos que era un restaurante especializado en comida mallorquina y nos encontramos con una especie de chiringuito ubicado dentro del mercado del barrio. Consiste en una barra de bar con taburetes y unas pocas mesas. Suele haber cola y no atienden el teléfono para reservar. Olvídate de comodidades para estar comiendo tranquilamente. Estás rodeado del jaleo del mercado y el propio del "local". Sí no te gusta la comida picante, huye. Fuimos a la hora normal para comer y ya no les quedaba casi de nada. Tiene mucha clientela pero yo no lo entiendo.

Hemos pedido dos mitades de tapas y tres albóndigas para tres personas. Pica un pelín la comida, pero esta bastante buena la verdad. Nos lo habían recomendado unos amigos y no está nada mal. Las albóndigas es lo que mas me ha gustado a mi con la salsita de tomate.

Como siempre, servicio profesional y cercano, con Mario, Pedro y compañía. En un ambiente muy autóctono por estar dentro del mercado, y todo su bullicio. Y una cómoda de estilo local, increíblemente buena. Donde se puede disfrutar de típico Llonguet Mallorquin, como de los diferentes platos del día deliciosos que se suman a las típicas tapas de toda la vida. Es totalmente recomendable , además de vivir una experiencia única si quieres comer fantástico y además sentirte parte de un mercado local con sus gentes.

Bar dentro del mercado municipal de Santa Catalina. Puedes comer buenos variados o llongets, recomiendo el de calamares. Se puede comprar comida para llevar. Siempre tiene gran afluencia de gente, así que paciencia pero merece la pena.

Que rico, que maravilloso, que bueno, que todo. Aterrizar en Mallorca y encontrarte con un sitio así te devuelve a esos lugares mágicos de nuestra geografía donde comer sencillo es un arte. Decir que me ha encantado me quedo corto.