En la calle peatonal de Blanquerna se encuentra un tesoro: Suquía Café, su nombre tiene su historia (que si además buscas en sus paredes puedes encontrar un poema dedicado), se trata de un pequeño y encantador local con una atmósfera creativa y acogedora que te invita a adentrarte en su mundo de sabores y arte. La experiencia gastronómica en Suquía Café es sublime. Cada plato es una obra de arte digna de una fotografía, no solo son visuales, sino también deliciosos, recomiendo especialmente el brownie de tomate, la berenjena asada, los boniatos y cualquier untable. Los platos del día son una sorpresa culinaria que nunca decepciona, y los postres, si tienes la suerte de llegar a ellos con espacio en el estómago, son una auténtica maravilla. También tienen menú de brunch para empezar bien el día, o simplemente disfrutar de un buen zumo casero, café o infusión. Tiene terraza perfecta para disfrutar de unas cañas mientras observas la vida pasar, o bien elegir el interior donde siempre reinan obras de diferentes artistas emergentes dando una experiencia única en cada visita. Normalmente las inauguraciones de las exposiciones son en jueves por la tarde, esos días tienes la oportunidad de conocer personalmente a los artistas detrás de las obras. Incluso (y lo sorprendente) es que de vez en cuando realizan espectáculos puntuales y diversos, como música en directo, cuenta cuentos, o días temáticos como el de la llonguetada o el día especial de la berenjena. Pero lo que hace que Suquía sea realmente especial son sus propietarios y su personal, que te reciben con una calidez y amabilidad de 10, consiguiendo que te sientas como en casa rodeada de amigos. No es de extrañar que sea un lugar al que siempre apetece volver.

Un restaurante súper bonito y súper bien cuidado. Fui con mis padres no vegetarianos y disfrutaron un montón. El servicio increíble y una cómoda súper sabrosa y hecho con mucho cariño. Hemos pedido las alcachofas, los taquitos de calabacín, edamames, camenbert con mermelada de pera y la burrata con berenjenas. Toda la comida espectacular y me faltan estrellas para puntuar a este vegetariano!

Me gusta esa cafetería, muy cuqui y cómodo. Y claro buen café y servicio. Solo que el wifi no funcionaba bien cuando estuve allí. Recomendable!!

Delicioso. No soy muy amante de la comida vegetariana, pero me sorprendió gratamente. Hay variedad de platos que permiten degustar y compartir entre varias personas. Todo sabroso, bien presentado y original, con sabores sorprendentes. Además, tienen platos frescos ideales para este tiempo. La atención personal también fue excelente. Comimos allí de casualidad, pero sin duda volveremos.

Sin yo ser vegatariano me pareció uno de los mejores brunch que he probado. El té matcha es espectacular y sus diferentes tostadas están buenísimas. Trato súper amable y tanto la terraza como el local son muy acogedores. Precio quizá un poco elevado pero merece la pena.